Mañana martes 23 llega a Cines Dreams "Il Trovatore".
Esta magnífica ópera de Giuseppe Verdi y libreto de Salvatore Cammarana está ambientada entre Vizcaya y Aragón en el siglo XV.
La ópera cuenta con 4 actos:
Acto I: El duelo
Ferrando, el capitán de los guardias, ordena a sus hombres que estén atentos mientras el Conde de Luna vaga sin cesar bajo la ventana de Leonora, dama de honor de la Princesa de Aragón, a quien ama. El Conde siente celos de su rival, el trovador Manrico. Para mantener despiertos a los guardias, Ferrando narra la historia del conde. Según la historia, una gitana de aspecto terrible embrujó al pequeño hermano del conde, haciéndolo débil y enfermizo, y por ello fue condenada a la hoguera. En el momento de su muerte, la gitana ordenó a su hija Azucena que la vengara, lo cual hizo en parte raptando al hijo menor del Conde. En su lecho de muerte, hizo jurar al Conde de Luna (su hijo mayor) que buscara a Azucena.
Leonora confiesa su amor por Manrico a su confidente, Inés. Cuando salen de escena, el Conde de Luna escucha la voz de su rival, Manrico, en la distancia. Mientras Leonora regresa y en la oscuridad confunde al Conde con su amante, el propio Manrico entra en el jardín, y Leonora corre a sus brazos. El conde reconoce en Manrico a su rival, al que ha condenado a muerte, y le reta a pelear. Leonora trata de intervenir, pero no puede detenerlos.
Acto II: La gitana
Azucena es la hija de la gitana quemada por el conde y, aunque vieja, sigue rumiando su venganza. Mientras los gitanos levantan el campamento, Azucena le confiesa a Manrico que cuando intentó quemar al hijo del conde, por equivocación tiró a las llamas a su propio hijo. Manrico, entonces se da cuenta de que no es el hijo de Azucena, pero la ama como si de verdad fuera su madre. Manrico le cuenta a Azucena que cuando luchó con su hermano y tuvo la oportunidad de matarlo, sintió una fuerza sobrenatural que le impidió hacerlo . Llega un mensajero diciendo que Leonora, que cree a Manrico muerto, está por entrar a un convento y tomar el velo esa misma noche. Aunque Azucena intenta impedírselo debido a su débil estado ( Manrico intentará impedirlo, lanzándose en su búsqueda.
El Conde de Luna y sus hombres intentan raptar a Leonora y el conde canta su amor por ella . Ella y algunas monjas entran en procesión, en el momento en que Luna intenta actuar, Manrico se interpone entre ellos, y ayudado por sus hombres escapa llevándose a Leonora consigo.
Acto III: El hijo de la gitana
Los soldados del conde de Luna traen a Azucena. La llevan ante el Conde, siendo reconocida por Ferrando como la gitana que raptó a su hermano. También se da a conocer como la madre de Manrico, razón por la cual el Conde de Luna encontró doble motivo para condenarla a morir en la hoguera.
Leonora y Manrico viven el uno para el otro. Cuando van a pronunciar sus votos nupciales entra Ruiz, hombre de Manrico, y le informa de que Azucena será conducida a la hoguera. Manrico se apresura a salir en su ayuda .
Acto IV: El castigo
Leonora intenta liberar a Manrico, que ha sido capturado por el Conde de Luna . Leonora implora piedad al Conde y ofrece su vida a cambio de la de Manrico. Promete entregarse al Conde, pero en secreto bebe un veneno de su anillo para morir antes de que el conde de Luna pueda consumar la boda.
Manrico y Azucena esperan su ejecución. Manrico intenta calmar a su madre, quien no puede conciliar el sueño, su mente recuerda los días más felices en las montañas . La gitana finalmente se duerme. Leonora llega para decirle a Manrico que está a salvo, y le dice que está salvado, rogándole que escape. Pero él rechaza dejar la prisión, cuando se entera de que Leonora no le podrá acompañar. Se cree engañado hasta que se da cuenta de que ella ha bebido el veneno para mantenerse fiel a él. Leonora agoniza en brazos de Manrico y le confiesa que prefiere morir con él que casarse con otro. El Conde de Luna entra y al ver a su prometida muerta en brazos de su rival, ordena la ejecución de Manrico. Mientras se cumple la sentencia, Azucena despierta junto al Conde y cuando el conde le muestra al muerto Manrico, ella en vez de lamentarse grita extasiada por el triunfo: "Él era tu hermano... Te he vengado, ¡oh, madre!". Al mismo tiempo que Azucena, el conde grita desesperado"¡Y yo debo seguir viviendo!".
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