27 de agosto de 2015

¡4 películas que apetecen!

Atrapa la bandera: Decidido a borrar de la historia la gesta de los astronautas del Apolo XI y sus famosos primeros pasos por la Luna, un millonario loco texano, RICHARD CARSON, quiere colonizar la Luna y explotar sus recursos naturales… Pero el único que va a poder pararle los pies, no es ni la NASA, ni el Presidente de los EE.UU., sino un simpático y decidido niño de doce años, MIKE GOLDWING, con ayuda de su abuelo, un astronauta veterano, su novia AMY y un camaleón robotizado.

Ricki: En su juventud, Ricki decide abandonar a toda su familia para alcanzar su sueño de ser una importante, rica y famosa estrella de rock. Años más tarde, su ex marido Pete contacta con ella pidiéndole que viaje hasta Chicago para visitar a la hija que tienen en común, Julie, pues se está divorciando y está pasando por un momento muy duro. Ricki, arrepentida, acude al encuentro con su hija para hacerla sentir mejor.

Las sillas musicales: Perrine se dedica casi profesionalmente a la música. Vive sola y trabaja como animadora en cumpleaños y otras celebraciones. Accidentalmente provoca que un hombre caiga en la calle y entre en coma por lo que Perrine intentará por todos los medios que despierte. Para ello se cuela en su vida con el fin de averigüar cada pequeño detalle pero también para sacar provecho de la ocasión y pedirle prestado su trabajo, su apartamento, su perro... hasta que Perrine se enamora de él.

Un día perfecto: Basada en la novela Dejarse llevar de Paula Farias. Sophie (Mélanie Thierry) quiere ayudar a la gente, Mambrú (Benicio del Toro) quiere volver a casa, Katya (Olga Kurylenko) quiso una vez a Mambrú. Damir (Fedja Stukan) quiere que la guerra termine, Nikola (Eldar Residovic) quiere una pelota, B (Tim Robbins) no sabe lo que quiere. Pero lo que quieres pocas veces coincide con lo que necesitas. Un grupo de cooperantes trata de sacar un cadáver de un pozo en una zona de conflicto. Alguien lo ha tirado dentro para corromper el agua y dejar sin abastecimiento a las poblaciones cercanas. Pero la tarea más simple se convierte aquí en una misión imposible, en la que el verdadero enemigo quizá sea la irracionalidad. Los cooperantes recorren el delirante paisaje bélico tratando de resolver la situación, como cobayas en un laberinto. Humor, drama, ternura, rutina, peligro, esperanza: todo cabe en un día perfecto.




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